viernes, 1 de febrero de 2013

Un paseo entre olivos hasta el Cortijo del Caño.



Un paseo entre olivos  hasta el Cortijo del Caño.

El paseo termina y empieza en el Cortijo del Caño. Termina, porque hay que pararse a contemplar su imponente estructura e imaginar cómo sería antes de ser ruina. Lo que más destaca es su torre junto al arroyo y si rodeamos la finca y alzamos la mirada encontramos al descubierto dos grandes arcos que soportaban la techumbre de, quizás, unas caballerizas. Del tejado solo unas cuantas vigas de madera al descubierto. Y empieza, porque cruzando el arroyo y subiendo la ladera de su margen oriental por un olivar nuevo, se llega a un secadero de cereales y una era en lo alto de la colina. Unos cuantos almendros en flor dan sombra y abundante matorral bajo frescura, no faltando pedruscos para sentarse a contemplar las vistas del cortijo y alrededores.









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